Para reforzar la protección de nuestra vivienda es necesaria una evaluación de puntos débiles y riesgos. Esto es conocido como el ‘análisis de vulnerabilidad’ y es el primer paso para diseñar un sistema que proteja efectivamente.

Si se trata de una vivienda ubicada en avenida, que no está muy iluminada o está en una esquina, debemos colocar un sistema de alarmas que detecte de manera efectiva e inmediata la posibilidad que escalen paredes. Podrían usarse cercos eléctricos con sensores de alta efectividad.

Para una propiedad situada a la mitad de una calle, donde casi no transita gente, es recomendable tener un sistema de seguridad electrónico perimetral, sobre todo si se tiene muros. Se debe evaluar la instalación de los mismos, en las áreas que en la que sea posible ingresar desde una residencia vecina, observando los techos y los balcones contiguos.

Para un edificio multifamiliar son aconsejables los sistemas de alarmas contra intrusión en zonas vulnerables de penetración y los sistemas avanzados de control de acceso, que permitirán un correcto control de las personas que ingresan. Estos pueden colocarse en la recepción y en el acceso a las cocheras. Para proteger cada uno de los pisos, también son ideales las cámaras de vigilancia.